2/12/2013

SIETE AÑOS EN PROCELOSOS MARES (La versión del polizón)

                            "chhst , disimulen, en este barril no hay nadie"


A mí me contaron que este barco iba a América.

Pobre como un  ratón  y sin posibilidad  de costearme la  travesía, oculto en un barril de manzanas  me embarqué    en el último puerto donde esta cáscara de nuez  atracó antes de cruzar el océano.

“Un viaje fácil”- dijeron aquellos estibadores a  los cuales, con un  escapulario de plata  que le había  robado a la abadesa  de  Santa Higinia, soborné para que me colaran a bordo - “No se  espera mal tiempo en esta estación”- comentó uno de los bribones mientras apuraba un trago. -“Al último pirata lo colgaron ayer, lo sé porque era mi primo.”(Ahí debí desconfiar ya).- ”El Capitán  ha cruzado  esta ruta mil veces y la tripulación ¡Qué tripulación amigo mío!¡ Grandes profesionales todos!”. En ese  momento a otro de  los borrachines se le escapó la bebida por la nariz de la risa, pero tampoco entonces sospeché.

-“Quince días escondido en  la sentina del barco  y toda la vida para disfrutar de las maravillas del Nuevo Mundo”-  Sentenció el tuerto  aquel a quien todo el mundo en el puerto llamaba “El Judas” (no, el nombre tampoco me hizo  recelar de su buena fe).

  Quince días  con sus quince noches nada más y podría disfrutar del Paraíso en la tierra. Me imaginaba  a mí mismo recorriendo  las ciudades con sus calles asfaltadas  en oro, escuchando el trino del Ave del Paraíso, gozando  la vista con sus mujeres desnudas como Dios las trajo al mundo, comiendo sus frutos tropicales y bañándome  en sus ríos de leche ,además yacería con sus mujeres de pechos grandes como ubres, capaces de alimentar a una  familia entera de doce niños como doce Apóstoles y allí la luz del sol sería como el elixir de la vida eterna y no envejecería  nunca y por encima de todo  … sus mujeres  ardientes  que cuentan que …
  Pero bueno que yo todo esto  lo sabía porque me lo había contado en el pueblo Ernestito “El sonado”, que vale, que se le veía  un poco lento  de pensamiento y la gente del lugar le decía que si  había quedado tonto de una vez que siendo chico se cayera de un  avellano, por cierto, causando mucho disgusto en la aldea porque el avellano venía siempre cargadito y  le quitaba mucha hambre a  las gentes del lugar. Pero vamos que digo yo que tan tonto no sería si sabía todas aquellas cosas y que aunque se hiciera sus necesidades encima no  significaba que las   cosas de la vida no las pudiera entender.


Quince días nada más… ¡Qué cabrones! ¡Siete años  llevo, metido en un barril!

¿Travesía tranquila? ¡Hideputas! Es que me pega la mala y no sé qué  les hago…

El barco navega a través de una  bruma espesa, cuando no hay tifones, aparecen navíos de la nada y la emprenden a cañonazos, el  loro del cocinero cantando toda  la noche,  lo cual, por cierto me ha causado  insomnio crónico. En las costas que arribamos no hay mujeres sino caníbales hambrientos, los pulpos no son como en mi tierra , aquí el más pequeño mide  treinta metros y ya se ha comido a más de uno de la tripulación, que corre histérica por la  cubierta  tanto cuando aparece un Leviathan como cuando la calma chicha  nos mantiene inmóviles durante días.

En siete años he oído las voces de muchos marinos ir y venir del barco,  apenas conozco sus caras porque no me atrevo a salir de la sentina, delgado y descuidado como estoy, serían capaces de confundirme con  cualquier aparición y tirarme por la borda  antes de que pudiera abrir la boca. Pero sus nombres y sus hablares sí (ahora me parece que además de loro tenemos un perro y hasta me ha parecido oír voces de niños, sin duda,  debo de estar delirando)  y me he emocionado cada vez que escuchaba  alguna voz nueva a lo largo de los años y me he entristecido  hasta el llanto cada vez que  alguna conocida dejaba de sonar y callaba para siempre.

   Y   luego está la sempiterna voz del Capitán que por el día les dice a los marinos  “¡Tranquilidad  todo el mundo!Tengo un plan infalible que nos sacará de esta…. Er mmm.. timonel euauuammm  todo hacia adelante y luego un poquito a la derecha!” y por las noches en su camarote cuando cree que nadie le oye  , exclama: “¡Dios mío! Llévame ya o mándame una señal urgente porque no tengo ni puta idea de lo que estoy haciendo! “  No sé si Dios le escucha, yo sí, mi barril de manzanas está debajo de su  ventana. Después  de todos los horrores que he presenciado ( bueno vale, de oídas la mayoría) y de todo el miedo que he pasado  tapado entre manzanas,  el peor momento  sin duda  ha sido cuando he oído los lamentos del Capitán.

   Pero la verdad es que estamos a flote, no tengo ni idea de cómo ni por qué pero ahí estamos…sobrevivimos .Quizás sea porque Dios ha escuchado nuestras plegarias y nos está echando un cable. Me gusta pensar eso…. Sé que lo lograremos.

     Primero,  llegaremos a  América y  veré toda esa tierra de prodigios; con sus mujeres, sus ríos de leche, sus pájaros, sus mujeres, sus ciudades , sus frutos y sus mujeres. Pero después volveré a casa…  ¡A cagarme en la madre que parió al Ernestito, al Judas  y a sus amigos borrachos que me  metieron  en este barril!   Y.. y… y…¡Ay , que me atasco! Y  voy a repartir Hostias como panes y cuando haya acabado y ni su  madre ni sus mil padres  les reconozcan….entonces me sentaré en el puerto y pediré  que me sirvan pulpo a la gallega, miraré por última vez el mar y me alejaré … me iré a vivir  a la montaña a un sitio desde  donde no vea  el océano, ni haya manzanas, ni sepan dónde está  América.

(Suspiro).

No os he hablado de Margarita. Margarita es una rata del barco que conocí a los pocos días de estancia en  la sentina. Al principio me daba mucho asco pero  luego aprendimos a conocernos  mejor. Ahora, bueno,  ahora Margarita y yo tenemos una relación.

¡Hehehehehe! Que cosas tienes Margarita,no, eso no se  lo puedo contar….

Como veis  aún conservo la cordura, sin duda soy el único tripulante lúcido de este barco. Y sé cómo llegar a buen puerto ,jijijijijii, Margarita me lo ha dicho, ahora mismo subo a contárselo al Capitán, ¡Me pondrá una medalla! ¡Una medalla, Margarita!

¡Rumbo a casa!




Diario de bitácora del Capitán:

   Hoy los hombres han encontrado un loco saliendo de la bodega,  con el susto le pegaron un tiro en el culo. Parece que llevaba mucho tiempo allí. Se ha comido la reserva de manzanas entera. Parece que utilizaba un barril como dormitorio y letrina al mismo tiempo. Pasamos la tarde entera  frotando su cuerpo para quitarle la roña. En ningún momento cesó de gritar y pedir auxilio a  una tal Margarita, la cual, afirma, conoce  el rumbo de vuelta. No sé si  tirarlo por la borda o hacerle caso, a estas alturas tanto da una cosa como la otra.